Nội dung text Banpaia (Libro 1 Banpaia).pdf
1 Sinopsis Chinatown, Los Ángeles. Hombres jóvenes estaban desapareciendo de sus camas, algunas veces desvaneciéndose mientras cruzaban la calle con amigos. Algunos testigos reportaban haber visto una extraña, criatura mística; pero pronto sufrían lapsos de memoria y morían. Aunque, los jóvenes hombres todos retornaban, uno por uno. Ellos parecían igual, pero eran diferentes. Extrañas cosas estaban ocurriendo en Chinatown. Como si una niebla extraña los envolviera. Ninguno de los hombres que desaparecía podía decir que había ocurrido con ellos. Tarde en la noche, de cualquier modo, esa legión de hombres, enamorados y lujuriosos con uno que llamaban Banpaia se buscaban los unos a los otros en un frenesí de necesidades. Para Feng Li, un suicida joven quien sentía que lo había salvado un vampiro Japonés de siglos de antigüedad, anhelándolo para solo él. Por el, solo podía ser el único para reclamar su cuerpo y corazón.
2 Dedicatoria Para Adam Killian, porque ama a los vampiros.
3 Capítulo Uno Feng tomó su tiempo finalizando su segunda taza de café en el café de la sexta calle antes de revisar en el trabajo, el cambio de noche en la monótono Hotel Cedar House. Estaban a finales de octubre y el clima de L.A estaba todavía caliente. Demasiado malditamente caliente solo con una semana de distancia de Halloween. No solo los locales decían, esto presagiaba un terremoto, pero también se sentía extraño. Muy extraño, cuando la misteriosa niebla envolvía todo el vecindario de calle abajo cada noche. Eran casi las cinco de la tarde. El sol había empezado a ponerse. Había estado ahí dos horas. Alguna cosa le avisaba de ir a casa. El café estaba caliente, pero una leve brisa voló dentro mientras la puerta de frente se abrió y tres hombres caminaron dentro. La camarera salió de la cocina con una fresca bandeja de pasteles para exponerlos en el mostrador. Feng detectó el olor de gomobang, el sabor del pan de mantequilla de maní que adoraba. No había tiempo. Y... un gran suspiro interior... no debería gastar el dinero. Feng captó por el rabillo del ojo una sombra de cierto brillo de una cabeza oscura en la puerta, pero el hombre no lo estaba mirando a él. Ki estaba apuntando a los pegajosos panecillos, riéndose con sus amigos.