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1 Páncreas endocrino Diabetes mellitus La diabetes mellitus es un grupo de trastornos metabólicos que comparten la característica común de la hiperglucemia. La hiperglucemia en la diabetes se debe a defectos en la secreción de la insulina, acción de la insulina o ambas. La hiperglucemia crónica y la alteración metabólica asociada pueden asociarse a daños secundarios en múltiples sistemas de órganos como riñones, ojos, nervios y vasos sanguíneos. Diagnostico La glucemia se mantiene normalmente en un rango muy estrecho, por lo general entre 70 y 120 mg/dl. Entre los criterios diagnósticos para la diabetes están los siguientes: → Glucemia plasmática en ayunas (8 hs) mayor o igual a 126 mg/dl. → Glucemia plasmática al azar mayor o igual a 200 mg/dl (en un paciente con signos hiperglucémico clásicos). → Prueba de tolerancia a la glucosa oral (PTGO) anómala con una glucemia mayor o igual a 200 mg/dl 2 hs después de administrar una dosis de carga de 75 g. → Una concentración de hemoglobina glicosilada mayor o igual a 6,5 % Estos criterios deben confirmarse con pruebas repetidas en un día diferente, a menos que haya una hiperglucemia inequívoca. Clasificación etiológica Patologías
3 → PERDIDA DE PESO: al aumentar los valores de glucagón y de cortisol se estimula la lipolisis y el catabolismo proteico. A su vez el déficit de insulina afecta el anabolismo durante el crecimiento por lo que los pacientes suelen ser delgados y de baja talla. ¿Qué pasa si no hay insulina? Recordemos que va a haber un desbalance, ya que no habrá insulina inhibiendo la liberación de glucagón, liberándose los procesos relacionados con la hiperglucemia Salvo que la escasez de HC, el ayuno y el ejercicio contrabalanceen los menores niveles de insulina, habrá descompensación metabólica. Diabetes tipo 2: Inicialmente, se caracteriza por la resistencia a la insulina en los tejidos periféricos y una respuesta secretora inadecuada por las células beta pancreáticas, lo que genera un aumento de la misma y una disminución de la sensibilidad de los tejidos efectores. Aparece generalmente en la vida adulta. Está relacionada con factores de estilo de vida, como la obesidad, la falta de actividad física y una dieta inadecuada. Los pacientes con DM2 suelen tener sobrepeso u obesidad, dislipidemia (niveles elevados de triglicéridos y colesterol en sangre), hipertensión arterial y pueden desarrollar síndrome metabólico. Menor tendencia a la cetoacidosis en comparación con la DM1. Resistencia a la insulina La respuesta de las células beta a la hiperglucemia está disminuida, y la liberación de insulina es menos eficaz. En los tejidos insulino-dependientes, como el músculo y el tejido adiposo, se observa una disminución en el transporte de receptores GLUT-4 a la membrana, lo que resulta en una menor captación de glucosa. El desarrollo de resistencia a la insulina y la alteración del metabolismo de la glucosa suelen comenzar con una ganancia de peso que conduce a la obesidad. Parece que la mayor
4 parte de la resistencia a la insulina se debe a anomalías de las vías de señalización que relacionan la activación del receptor con múltiples efectos celulares. Se cree que existe una estrecha relación entre la alteración de la señalización insulínica y los efectos tóxicos de la acumulación de lípidos en tejidos tales como el músculo esquelético y el hígado, que se debería a la excesiva ganancia de peso. Tratamiento El tratamiento de la diabetes mellitus se centra en normalizar el metabolismo de los carbohidratos, lípidos y proteínas. En el caso de la diabetes tipo 1, se requiere la administración de insulina, que puede ser de acción regular o prolongada, y se adapta a las necesidades del paciente. La insulina humana recombinante es preferible para evitar reacciones alérgicas. En el caso de la diabetes tipo 2, la dieta y el ejercicio son recomendados inicialmente, pero a menudo se requieren medicamentos para mejorar la sensibilidad a la insulina o estimular su producción. En algunos casos, los pacientes pueden necesitar insulina exógena. La metformina es un fármaco antidiabético que ayuda a controlar los niveles de glucosa en sangre al mejorar la sensibilidad del organismo a la insulina, lo que significa que las células pueden utilizar la glucosa de manera más eficiente. Prueba de la hemoglobina glicosilada Actualmente, la hemoglobina glucosilada es la mejor prueba disponible que muestra el control glucémico del paciente con DM. Existe evidencia científica que correlaciona las complicaciones a largo plazo con los niveles elevados de HbA1c. La hemoglobina A1 se relaciona estructuralmente con la hemoglobina del adulto, pero con una molécula de glucosa adherida a la valina terminal de la cadena beta. La glicosilación es un proceso irreversible, no enzimático, que depende de las concentraciones de glucosa y de la duración de la exposición de los eritrocitos a la glucosa. Ahora bien, la HbA1 se forma continuamente durante los 120 días del eritrocito, es por ello que una simple medida de esta hemoglobina refleja el promedio de glucosa durante los últimos 3 meses; además, mide el cociente de las glucemias en ayunas y posprandial. ¿Puede la HbA1c ser usada para el diagnóstico de diabetes mellitus? → Es un marcador de glucemias crónicas ampliamente utilizado (2-3 meses). → Es preferible un marcador de alteraciones de glucemias crónicas que agudas. → Correlaciona el riesgo de complicaciones microvasculares y en menor grado macrovasculares. Cetoacidosis diabética La cetoacidosis diabética es una complicación grave de la diabetes mellitus, que se observa con mayor frecuencia en la diabetes tipo 1, aunque también puede ocurrir en la diabetes tipo 2, especialmente en situaciones de estrés o enfermedades concomitantes. En la diabetes: