PDF Google Drive Downloader v1.1


Báo lỗi sự cố

Nội dung text El Seminario, Libro 4. Clase 21, Las bragas de la madre y la carencia del padre, parágrafo 3 - Lacan, Jacques.pdf

La Relación de Objeto i i ' K # , M r.’ ; > s i /'
X X I 1 ¡VTtf * V ■ r^ ^ .'^ w rV tó •■■■* w * V ' ■.>>■ ,*>* .^ .v .>•- *> • ” K " *■ '• • '■-” * LAS BRAGAS DE LA MADRE Y LA CARENCIA DEL PADRE El Lumpf y el vestido. El desatornillado de la bañera. Folíatela un poco mas. La suplencia del padre. Infecunda castración materna. La Idea de Ana. 9 de abril las dos bragas 11 de abril la bañera y el taladro 13 de abril la caída de Ana 14 de abril la gran caja... 15 de abril ... y la cigüeña 16 de abril el caballo fustigado 21 de abril el embarque imaginario con el padre « el gran diálogo 22 de abril la consagración en la vagoneta « la navajita en la muñeca 24 de abril el cordero 26 de abril Lodi 30 de abril bin ich der Vatti 2 de mayo el instalador Retomemos hoy nuestra charla sobre Juanito, que desde hace algún tiempo es objeto de nuestra atención. Recuerden con qué propósito se desarrolla este comentario. En suma, ¿qué es Juanito? La palabrería de un niño de 5 años entre el 1 de enero y el 2 de mayo de 1908. Esto es Juanito para un lector que no esté al corriente. Y si lo está y no tiene inconveniente en estarlo, sabe que esta palabrería tiene su interés. 355
LAS BRAGAS DE LA MADRE Y LA CARENCIA DEL PADRl 3 Por supuesto, no voy a hacerles una rearticulación del complejo ilr Edipo. Como se trata de un esquema fundamental, por definición luy que explicarlo de mil formas distintas. Sin embargo, hay elementos cu tructurales que son los mismos y que siempre podemos encontrar, al me nos en cuanto a su disposición y su número. En un plano determinado, el padre se introduce como tercero en U situación entre el niño y la madre. Considerado en otro plano, se intro- duce como cuarto, porque ya hay tres elementos, debido a ese falo in- existente. He aquí el en sí de la situación, si me perdonan ustedes esta expresión que no me gusta mucho, pero me veo obligado a emplearla para ir deprisa. Quiero decir que considero de momento al padre en la medida en que debe estar ahí, en la situación, con los otros, indepen- dientemente de lo que ocurrirá para el para sí del sujeto. Tampoco me gusta mucho esta expresión, pues podrían creer ustedes que este para sí se da en la conciencia del sujeto, cuando en su mayor parte está en su inconsciente, tratándose de los efectos del complejo de Edipo. Por lo tanto, si señalo que el padre debe estar ahí en sí, es para marcar la diferencia. ¿Cuál debe ser su papel? No puedo rehacer ahora toda la teoría del complejo de Edipo. Diga- mos de todos modos que el padre es quien posee a la madre, la posee como padre, con su pene de verdad, un pene suficiente, a diferencia del niño, víctima del problema de un instrumento a la vez mal asimilado e insuficiente, cuando no rechazado y desdeñado. ¿Qué nos enseña la teoría analítica sobre el complejo de Edipo? ¿Qué lo hace de alguna manera necesario? No me refiero a una necesidad bio- lógica, ni a una necesidad interna, sino a una necesidad al menos empíri- ca, puesto que si se descubrió fue en la experiencia. Si quiere decir algo que el complejo de Edipo exista, es que el brote natural de la potencia sexual en el niño no se produce solo, ni en un tiempo, ni en dos tiem- pos. Se produce efectivamente en dos tiempos, si consideramos pura y simplemente el plano fisiológico, pero la sola consideración de este bro- te biológico no basta en absoluto para explicar lo que ocurre. Es un hecho — para que la situación se desarrolle en condiciones normales, me refiero a las que le permiten al sujeto humano conservar una presencia suficiente, no sólo en el mundo real, sino también en el mundo simbólico, o sea para que se soporte a sí mismo en el mundo 365
LA OBSERVACIÓN DE LA FOBIA DE JUANITO real, pero en el mundo simbólico, es decir, para que se soporte en el mundo real tal como está organizado, con su trama simbólica, no basta tan solo con la percepción de lo que llamé la última vez el movimiento, con esa aceleración que arrastra al sujeto y lo transporta, ha de haber además detención y fijación de dos términos. Por una parte, es preciso que el verdadero pene, el pene real, el pene válido, el pene del padre, funcione. Por otra parte, el pene del niño, que se sitúa en comparación con el pri- mero, en una Vergleichung, ha de adquirir su misma función, su reali- dad, su dignidad. Y para conseguirlo, es preciso pasar por esa anulación llamada el complejo de castración. En otros términos, en la medida en que su pene resulta momentá- neamente aniquilado, el niño estará destinado a acceder a una función paterna plena, o sea ser alguien que se sienta legítimamente en posesión de su virilidad. Y resulta que este legítimamente es esencial para un feliz funcionamiento de la función sexual en el ser humano. Todo lo que de- cimos sobre el determinismo de las eyaculaciones precoces y los distin- tos trastornos de la función sexual no tiene ningún sentido, salvo en este registro. He aquí el problema del complejo de Edipo, resituado. La experien- cia nos lo indica, y por otra parte no era previsible. El esquema de la situación que acabo de darles tampoco es en sí mismo previsible. Como lo demuestra que la experiencia analítica, descubridora del Edipo como integración en la función viril, nos permita llevar más lejos las cosas a propósito del padre simbólico. El padre simbólico, es el nombre del padre. Es el elemento mediador esencial del mundo simbólico y de su estructuración. Es necesario para ese destete, más esencial que el destete primitivo, por el que el niño sale de su puro y simple acoplamiento con la omnipotencia materna. El nom- bre del padre le es esencial a toda articulación de lenguaje humano, y por esta razón dice el Eclesiastés — El insensato ha dicho en su corazón: no hay Dios. ¿Por qué lo dice en su corazón? Porque no puede decirlo en su boca. Por otra parte, es insensato, hablando con propiedad, decirse en el cora- zón que no hay Dios, simplemente porque es insensato decir algo que es contradictorio con la misma articulación del lenguaje. Saben muy bien que no estoy haciendo aquí profesión de deísmo. Hay el padre simbólico. Hay el padre real. Como la experiencia nos enseña, en la asunción de la función sexual viril juega un papel esencial la presencia del padre real. Para que el sujeto viva verdaderamente el com- 366

Tài liệu liên quan

x
Báo cáo lỗi download
Nội dung báo cáo



Chất lượng file Download bị lỗi:
Họ tên:
Email:
Bình luận
Trong quá trình tải gặp lỗi, sự cố,.. hoặc có thắc mắc gì vui lòng để lại bình luận dưới đây. Xin cảm ơn.