Nội dung text Clase 8-Generalidades de endocrinología.pdf
1 Sistema endocrino El sistema endocrino integra las funciones de los órganos mediante sustancias químicas secretadas por los tejidos endocrinos o “glándulas” hacia el líquido extracelular. Estas sustancias químicas, llamadas hormonas, son transportadas a través de la sangre hacia los tejidos dianas remotos, donde son reconocidas por receptores específicos de alta afinidad. Estos receptores pueden localizarse en la superficie del tejido diana, en el citosol o en el núcleo de las células diana. Cuando una hormona es reconocida por su tejido o tejidos diana, puede ejercer su acción biológica mediante un proceso conocido como transducción de señales. Algunas hormonas provocan una respuesta en pocos segundos, mientras que otras pueden necesitar horas o incluso días. Tipos de comunicación La señalización química puede tener lugar mediante: Vía endocrina: una hormona recorre una gran distancia para llevar una señal desde la glándula secretora hasta el tejido diana. Generalidades de endocrinología
4 Aunque las células endocrinas secretoras de esteroides apenas almacenan hormona, tras un estímulo adecuado pueden movilizar con rapidez los grandes depósitos de esteres de colesterol de las vacuolas del citoplasma para la síntesis de esteroides. Dado que los esteroides son muy liposolubles, una vez sintetizados difunden a través de la membrana celular y penetran en el líquido intersticial y, a continuación, en la sangre. Hormonas amínicas Los dos grupos de hormonas derivadas de la tirosina, las sintetizadas en la glándula tiroidea y en la médula suprarrenal, se forman gracias a la acción de las enzimas situadas en el citoplasma de las células glandulares. Las hormonas tiroideas se sintetizan y almacenan en la glándula tiroides y se incorporan a las macromoléculas de la proteína tiroglobulina, que, a su vez, se deposita en los grandes folículos de esta glándula. La secreción hormonal comienza cuando se escinden las aminas de la tiroglobulina y las hormonas no unidas se liberan hacia el torrente sanguíneo. Una vez en la sangre, la mayor parte de las hormonas tiroideas se combinan con proteínas plasmáticas, en especial con la globulina ligadora de la tiroxina, que libera con lentitud las hormonas en los tejidos efectores. Se reconocen cuatro hormonas amínicas principales. La médula suprarrenal produce las catecolaminas adrenalina y noradrenalina a partir del aminoácido tirosina. La dopamina, que también se sintetiza de la tirosina, y la serotonina que se sintetiza a partir de triptófano. A diferencia de lo que sucede con muchas hormonas peptídicas, en las que la concentración circulante de la hormona retroalimenta de forma negativa la secreción de la hormona liberadora, las hormonas amínicas no poseen este tipo de sistema de retroalimentación jerárquico. En vez de ello, la retroalimentación de las hormonas amínicas es indirecta. El centro de control superior no detecta los niveles circulantes de hormonas amínicas (p. ej., adrenalina) sino un efecto final fisiológico de la hormona amínica (p. ej., presión arterial;). El sensor del efecto final puede ser un receptor periférico (p. ej., receptores de estiramiento) que se comunica con el centro superior (p. ej., el SNC), y la rama eferente es el flujo simpático de salida que determina la liberación de la amina.