Tiêu đề 81-90.docx ✅

1 Prohibido hacer pdfs de mi traducción. Prohibido resubir. Contenido: Capítulo 81 Capítulo 82 Capítulo 83 Capítulo 84 Capítulo 85 Capítulo 86 Capítulo 87 Capítulo 88 Capítulo 89 Capítulo 90
2 Prohibido hacer pdfs de mi traducción. Prohibido resubir. Capítulo 81 Bai Yang preguntó con suspicacia: —¿Su Majestad? —¿Te gustan las flores? —preguntó repentinamente el Rey Demonio. Bai Yang respondió inconscientemente: —Sí. —Sería bueno ver el mar de flores, ya que no pudimos ver la cascada. —Los labios del Rey Demonio se curvaron en una sonrisa. Su humor mejoró visiblemente—. Tengo curiosidad por saber cómo es ese supuesto mar de flores. Bai Yang, que había inventado lo de la cascada en primer lugar, se sentía un poco culpable. Por ello, su actitud hacia el otro fue especialmente buena. —Su Majestad si quieres echar un vistazo, te acompañaré. El Rey Demonio tosió y giró la cabeza un poco incómodo. —No es que me interese. De todos modos, no tenemos otro sitio al que ir. Es mejor echar un vistazo a ese lugar para parejas jóvenes. —Su Majestad está en lo cierto. —Bai Yang aún no estaba seguro de si el Rey Demonio sospechaba o no de él. Se sentía nervioso por lo que se dejó llevar por lo que decía el Rey Demonio. Preguntaron cómo llegar al barranco y rápidamente llegaron a su destino. El barranco estaba a unos 10 li de la Aldea Anning en una zona relativamente remota. El camino no era muy llano, y cruzaba por
3 Prohibido hacer pdfs de mi traducción. Prohibido resubir. encima de una alta montaña, serpenteando por una brecha entre dos montañas antes de llegar finalmente al barranco. El camino que conducía al barranco era completamente de piedra azul. Ese día llovió un poco y el camino estaba muy resbaladizo. Posiblemente debido a esto, había muy poca gente en el camino. Bai Yang y el Rey Demonio no utilizaron la teletransportación. En su lugar, como la gente normal, caminaron paso a paso por el camino de piedras azules. A pesar de ser un viaje largo, todavía tenía que terminar. Después de una hora, llegaron al barranco. Lo extraño era que no había nadie más en el barranco. La razón por la que nadie se acercó fue probablemente la lluvia. El Rey Demonio estaba muy animado. Bai Yang tenía algo en mente y solo pudo fingir estar contento. En el barranco, vieron una gran ladera. La hierba de la ladera era muy espesa. Aunque había muchos brotes de flores, solo se veían algunas flores dispersas. Bai Yang pensó: —Realmente venimos demasiado pronto. Si volvemos en otro momento, toda la montaña estará cubierta de flores, tan hermosa como ver una puesta de sol—. El Rey Demonio estaba un poco decepcionado. —¿A las parejas humanas les gusta venir a este tipo de lugares? El paisaje era muy ordinario. Ni siquiera había sitios históricos o lugares pintorescos. Definitivamente no era un paisaje hermoso
4 Prohibido hacer pdfs de mi traducción. Prohibido resubir. de fama mundial. La decepción del Rey Demonio era comprensible. Bai Yang inicialmente no tenía planeado admirar ningún paisaje hermoso. Al final, solo pudo obligarse a intentar disfrutarlo. —Este lugar tiene todo tipo de paisajes, y los alrededores son muy elegantes. Puede considerarse un lugar agradable. —Miró a su alrededor y siguió comentando—. Si las flores estuvieran floreciendo, seguramente sería un espectáculo magnífico. El Rey Demonio meditó sus palabras y asintió. —Tienes razón. Bai Yang dijo: —Parece que esa persona no mintió. Realmente llegamos un poco antes. Las flores aún no han florecido. El Rey Demonio arqueó una ceja. Parecía estar contemplando algo. Después de un momento, abrió la boca como si fuera a hablar cuando, repentinamente, oyeron una carcajada. Rompió la elegancia y la tranquilidad del barranco. Bai Yang giró la cabeza y vio a unos jóvenes que bajaban por el sendero. Todos estaban vestidos como cultivadores y llevaban túnicas blancas. El hombre parecía extraordinariamente apuesto, y las mujeres eran encantadoras y bonitas. El hombre apuesto lideraba el camino y sus modales eran muy arrogantes. Miraba a todos con desprecio. A su alrededor había cuatro mujeres a las que parecía gustarles. Lo adulaban y charlaban a su alrededor. El hombre no decía ni una palabra. De vez en cuando, asentía con la cabeza. A juzgar por su expresión,