Content text Panahasi (Libro 5 Demonios Guerreros).pdf
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PAGINA | 1 SINOPSIS Hace diez mil años Panahasi hizo un trato con el guardián. Fue un trato que no sólo trajo consigo la creación de los demonios guerreros, sino que allanó el camino solitario en el que caminaba diariamente. Todo esto pronto cambia cuando encuentra a dos lobos cambiaformas a los que llamar suyos. Pero su felicidad no viene sin un precio. El universo debe mantener un equilibrio de poderes. Y para Panahasi, su contraparte es Jaden, una criatura cuya sola presencia provoca guerras y hambre, y ahora el hombre tiene su mira puesta en las parejas de Panahasi. Habiendo crecido en hogares de acogida, Drake sabía desde temprana edad que Casey era suyo. Pero cuando conoce a un extraño alto y delgado en una oscura carretera, la única persona que más le importa puede ser la única persona a la que pierda. Casey ama a Drake con cada aliento que respira. El cambiaformas ha estado ahí contra viento y marea, en las buenas y en las malas. Pero cuando descubre que tiene una segunda pareja a bordo, Casey abre espacio para un gran y muy guapo guerrero. Pero Panahasi tiene un secreto muy oscuro. Un secreto que si se averiguara, destruiría a toda una raza.
PROLOGO PAGINA | 2 Panahasi se dirigió hacia la entrada del inframundo, preguntándose por qué el guardián le estaba convocando una vez más. Todavía estaba enojado a causa de que los dioses quisieran crear seres humanos, un error en su opinión. Por la forma en que los dioses hablaban, era un brillante plan, uno de proporciones épicas. Afirmaban que los seres humanos les honrarían, se inclinarían en reverencia, y siempre estarían agradecidos por sus vidas. Panahasi sabía mejor. Los dioses habían hablado también de dar a estos humanos libre albedrío. Fue un desastre esperando que sucediera. Las criaturas del reino demonio tenían libre albedrío, y eso estaba resultando ser un gran jodido dolor de cabeza. Los habitantes de la ciudad de Serenity estaban demasiado aterrorizados para salir de sus casas. La ciudad alguna vez hermosa ahora estaba llena de demonios que no sólo chupaban las almas de otros seres sólo por la pura fiebre que les daba, sino por los poderes que podrían robar. También había perros infernales que aterrorizaban a cualquier alma desafortunada con la mala suerte de cruzarse en su camino, mordiéndoles, matándoles o haciéndoles desear estar muertos. Las puertas del infierno estaban sin vigilancia ahora, permitiendo que cualquier diabólico habitante entrara y saliera a su antojo. Eran tiempos oscuros, peligrosos y mortales. La ciudad era un caos. Si no fuera por los ciudadanos que él atesoraba con tanto cuidado, Panahasi arrasaría el maldito lugar y empezaría de nuevo. No era su llamada, pero podría hacerla su llamada si las cosas no cambiaban pronto. Si los dioses se cabreaban con él, ese era su problema. Sólo había uno al que Panahasi contestaba, y ese era la fuente original.
PAGINA | 3 No, la adición de los seres humanos a la ecuación no era una idea brillante en opinión de Panahasi. Aunque los dioses planearan poner a los humanos en otro reino, de alguna manera sabía que los dos reinos encontrarían una manera de entrelazarse. Las especies perfectas eran un mito. Concede a una criatura libre albedrío y siempre encontrará la manera de enredar las cosas. Y los dioses por desgracia se darían cuenta de eso... por las malas. Estos seres humanos estarían modelados como los cambiaformas en sus formas no animales, pero sin tener el poder de transformarse en animales como los cambiaformas podían. No poseerían las habilidades especiales con las que los demonios nacieron, tampoco. No poseerían especialidad alguna. Pero de alguna manera, Panahasi sabía que iban a encontrar una manera de llegar a ser tan diabólicos y corruptos como aquellas criaturas que habitaban en la oscuridad. El camino que conducía a las entrañas del infierno estaba pavimentado con sangre y pérdida de almas, no de buenas intenciones1 . ¿Por qué no podrían los dioses ver esto? ¿Por qué siempre pensaban que estaban haciendo lo correcto? Para Panahasi, hacían la vista gorda ante lo que estaba sucediendo en el reino de los demonios, considerándolo una causa perdida, y tratando de empezar de nuevo con estos seres humanos. Tratar de corregir una equivocación con otra mala idea, no era el camino a seguir. Pero tratar de decir esto a los dioses era como tratar de hacer de un habitante del infierno un ciudadano modelo. No era posible. Los dioses estaban llenos de engreídos e inflamados egos, algo con lo que Panahasi no podía competir, ni quería hacerlo. —Saludos, Panahasi —dijo el guardián cuando Panahasi entró en el inframundo. El lugar era un vasto páramo de almas perdidas, esas que habían muerto y no habían ganado su lugar en el paraíso. Unas pocas sombras oscuras rozaron a Panahasi, pero las rechazó. Las almas perdidas estaban continuamente tratando de poseer cualquier ser vivo con el que se 1 Una simple aclaración, se refiere al proverbio “El camino al infierno está pavimentado con buenas intenciones” (N. de C).