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¡ E N A M O R AT E D E D I O S ! 55 ¿H as escuchado la frase: “Amor a primera vista?” Es una de las más comunes y peligrosas en el contexto de las relaciones humanas. Asegura que dos personas pueden enamorarse desde la primera vez que se ven, sin conocer el nombre de la otra y nunca haber interactuado. Por esa afirmación encontramos corazones rotos, relaciones sin sentido y hogares destruidos. Es importante aclarar que una cosa es la atracción y otra el amor de verdad. La atracción responde a un estímulo de los sentidos, el amor de verdad va surgiendo mientras se cultiva una relación. La atracción es resultado del estímulo de las feromonas (sustancias secretadas por los seres vivos para provocar cierto comportamiento en otros de la misma especie, especialmente en lo sexual), el amor de verdad incluye sentimientos y requiere la intervención del corazón. La atracción está asociada a la apariencia y satisface el gusto de una persona, el amor es consecuencia de una suma de factores que se mueven en lo más íntimo del ser. Una persona es
F U LV I A A R B O L E D A D E C A N A S 56 atraída por lo que ve, y se enamora en la medida en que va descubriendo y conociendo al otro individuo. Para atraerse basta mirar a alguien o tenerle cerca, para enamorarse es necesario relacionarse, interactuar, incluso, convivir. Por lo anterior, es importante decir que nadie se enamora de Dios por lo que escucha de Él, sino por lo que conoce de Él en la intimidad. Por lo tanto, si quieres enamorarte de Dios, TIENES QUE CONOCERLO directa y personalmente. Una de las frases más importantes de la oración de Jesús por sus discípulos cuando supo que había llegado su hora, dice: “Y esta es la vida eterna: QUE TE CONOZCAN A TI, el único Dios verdadero, y a Jesucristo, a quien has enviado” (Juan 17:3 R.V 1960-Mayúsculas añadidas). Durante el tiempo que compartieron con Jesús, los discípulos tuvieron la oportunidad de conocer a Dios a través de la conducta y las acciones de su Maestro. Se dieron cuenta que Jesús había salido del Padre celestial y creyeron que Dios lo había enviado (Versículo 8). Ahora era necesario que cada uno de ellos conociera a Dios personalmente, que, así como Jesús se relacionaba directamente con el Padre, también ellos lo hicieran. Él quiere que nosotros, sus actuales discípulos y seguidores, tengamos la misma experiencia.