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1 REY FANTASMA DESCUBIERTO EX TRA IV Todo se debió a que Xie Lian se despertó más temprano que Hua Cheng ese día. Después de ochocientos años de arduo trabajo, era un hombre que se ganaba la vida día a día. Al fin y al cabo, aunque sea un recolector de ba- sura, al que madruga Dios le ayuda. Pero des- pués de todo, era un fantasma y no necesitaba dormir, por lo que Hua Cheng siempre se desper- taba antes que él. A veces, Xie Lian sentía que lo estaba mirando despierto. Porque muchas veces cuando abría los ojos podía ver que Hua Cheng ya se había des- pertado, mirándolo fijamente sin apartar la vista, y cuando sus ojos se encontraban, esbozaba una sonrisa y decía buenos días suavemente. Era como si no hubiera dormido en toda la noche,
2 esperando el momento en que despertara, solo para ser la primera persona en saludarlo durante todo el día. Pero ese día en particular, Xie Lian durmió ligera- mente y abrió los ojos antes del amanecer. Tan pronto como se movió, no muy lejos, Hua Cheng pareció darse cuenta de que se había des- pertado, y también se movió. Xie Lian se frotó los ojos, miró de reojo, e inmediatamente no pudo apartar los ojos. Mal, mal. ¡Esta era un Hua Cheng que nunca antes había visto! Estaba recostado de lado con una mano sobre la mejilla, el cuello de su roja túnica estaba abierto de par en par, somnoliento y perezoso, era como un hermoso fantasma de montaña o un demonio zorro de los cuentos de hadas, que acababa de peinar su deslumbrante pelaje y su cola, acurruca- do en joyas ocultas y en el rojo nido del incienso, ávido de felicidad. Hua Cheng no usaba el parche en el ojo, sus ojos estaban ligeramente caídos, y era imposible notar que uno de ellos estaba vacío. Sus rasgos facia- les brillantes estaban diluidos por la neblina de
3 estar medio soñando y medio despierto, y su largo cabello negro, recogido hacia un lado, estaba lige- ramente despeinado, esponjoso y suave. “Es San Lang quien tiene el cabello desordenado por dormir” Xie Lian pensó para sí mismo. Esta imagen parecía tener algún tipo de magia encantadora, atrayendo la vista de las personas y les hacía contener la respiración. Cuanto más miraba Xie Lian, más encantado se sentía, no pudo evitarlo y su rostro se fue acer- cando cada vez más. En ese momento, las pesta- ñas de Hua Cheng temblaron y abrió los ojos. Tan pronto como abrió los ojos, vió a Xie Lian, y su primera reacción fue sonreír y decir: “Gege, ¿buenos días?” En cuanto Hua Cheng sonrió, los ojos de Xie Lian se iluminaron, asintiendo con la cabeza, como un pollito picoteando arroz y dijo: “¡San Lang, buenos días!” Hua Cheng estaba a punto de seguir hablando, cuando de repente se dio cuenta de algo, su ros- tro cambió y se sentó violentamente. Xie Lian se sobresaltó, y se sentó diciendo: “¿Qué pasa?
4 Hua Cheng dijo: “Yo...” Sus pupilas se contrajeron violentamente, cubrió la mitad de su rostro, y la otra mitad de su rostro también estaba ligeramente cubierta por su largo cabello, era un tipo diferente de belleza salvaje. Pero levantó la mano derecha, en una postura de alejamiento. Xie Lian estaba atónito, sin entender lo que estaba pasando, dijo: “Sí......¿lo siento? ¿Te he asustado?” Por supuesto, es imposible que el Rey Fantasma Xueyu Tanhua pueda sentirse asustado por él, pero esta reacción sólo puede describirse como “asustado”. Hua Cheng, sin embargo, dijo rápidamente: “No. ¡No es asunto de Dianxia!” Después de decir eso, inmediatamente saltó de la cama y salió corrien- do. Xie Lian: “¿Eh?” Xie Lian: “Espera, ¿San Lang? ¡San Lang!” Pero Hua Cheng ya había desaparecido. Xie Lian estaba tan desconcertado que ni siquiera se puso los zapatos y salió corriendo con el cabello desor- denado. Dentro y fuera de la Mansión Paraíso, el suelo