Content text Clase 10-Sistema inmunitario y tejidos y órganos linfáticos.pdf
1 El papel fisiológico del sistema inmunitario es defender al cuerpo frente a los microorganismos infecciosos y patógenos, así como de las sustancias ajenas no infecciosas y las células alteradas y sus productos. Dentro del sistema linfático se incluyen los órganos linfáticos primarios y secundarios, conectados por los vasos linfáticos que culminan en el sistema circulatorio. Casi todas las células del sistema inmunitario derivan de las células madre hematopoyéticas en el hueso. Según la célula van del linaje mieloide o linfoide. El timo y la médula ósea son los órganos linfáticos primarios, pues en ellos nacen y son educados los linfocitos. Además, en estos sitios adquieren los diversos receptores de antígenos necesarios para reconocer y destruir antígenos específicos. Después de madurar y ser seleccionados cuidadosamente en los órganos linfáticos primarios, los linfocitos migran a los órganos y tejidos linfáticos secundarios, como el bazo, los ganglios linfáticos, el apéndice, los nódulos linfáticos y los tejidos linfáticos difusos. Ante la presencia de un antígeno dentro de los tejidos linfáticos secundarios, los linfocitos interactúan entre sí y con células no linfoides para activarse y convertirse en linfocitos inmunocompetente efectores T o B. Estas células Sistema inmunitario y tejidos y órganos linfáticos
2 pueden distinguir entre las moléculas propias y no propias e iniciar la respuesta inmunitaria apropiada. La mayoría de los antígenos deben ser procesados por las células del sistema inmunitario antes de que otras células puedan iniciar la respuesta inmunitaria. El cuerpo tiene dos líneas de defensa inmunitaria contra los invasores extraños y las células transformadas: Inmunidad inespecífica (innata): las defensas inespecíficas preexistentes constituyen la respuesta inmunitaria innata y representa la primera línea de defensa contra la agresión microbiana. Estas defensas consisten en: 1. Barreras físicas que impiden que los organismos extraños invadan los tejidos. 2. Defensas químicas que destruyen muchos microorganismos invasores. 3. Sustancias secretoras que neutralicen las células extrañas. 4. Células del sistema inmunitario innato como los macrófagos, neutrófilos y monocitos. Inmunidad específica (adaptativa): cuando las defensas inespecíficas fracasan, esta brinda los mecanismos que permiten atacar a los invasores específicos. Los linfocitos proveen la especificidad y la memoria inmunitaria, qué son las características de la respuesta inmunitaria adaptativa. Poco después de que se presenta la invasión por microorganismos patógenos, el sistema inmunitario innato activa la respuesta inflamatoria para destruir a los causantes de la infección. Los neutrófilos son el principal tipo de células reclutadas durante las fases iniciales de la respuesta inflamatoria. La acción de los neutrófilos viene seguida por la acción de los monocitos, que se diferencian en macrófagos. Dado que el sitio de la inflamación drena a través de los vasos linfáticos, los agentes patógenos viajan junto con la linfa a los tejidos linfáticos adyacentes, lo que activa los linfocitos B y T. La inmunidad adaptativa es desencadenada por la inmunidad innata (respuesta inflamatoria), y por lo general este proceso inicia cuando esta última fracasa. Respuesta humoral (inmunidad humoral): está mediada por la secreción de proteínas denominadas anticuerpos, que reviste y neutralizan los invasores y los marcan para que otras células inmunitarias los destruyan.
3 Los linfocitos B son las principales células efectoras en este sistema. Una vez que los linfocitos B reconocen los antígenos patógenos, proliferan y se diferencian en células plasmáticas que secretan anticuerpos. Respuesta mediada por células (inmunidad celular): se lleva a cabo por los linfocitos T y sus productos (citocinas), que están dirigidos a las células transformadas por cáncer o infectadas por virus para que sean destruidas por las células específicas y citolíticas. Los linfocitos T no producen anticuerpos; sin embargo, cuentan con receptores de antígenos especializados que reconocen los antígenos derivados de péptidos. Células del sistema inmunitario Las células del sistema inmunitario incluyen a los linfocitos y diversas células de sostén. Se reconocen tres tipos de linfocitos: linfocitos B, T, y citolíticos naturales (NK). Las células de sostén interactúan con los linfocitos y desempeñan funciones importantes en la presentación de los antígenos a los linfocitos y la regulación de las respuestas inmunitarias. Los diferentes tipos de células del tejido de linfático se identifican por medio de un grupo específico de moléculas de diferenciación que hay en sus superficies. Linfocitos Estas células participan en un ciclo durante el cual abandonan la circulación sistémica para entrar en el tejido linfático. Mientras están en el tejido linfático, se encargan de la vigilancia inmunitaria de los tejidos circundantes. Desde el punto de vista funcional, se presentan tres tipos principales de linfocitos en el cuerpo: los linfocitos T, los linfocitos B y los linfocitos NK. Los linfocitos T reciben su nombre por diferenciarse en el timo. Tienen una vida media prolongada y participan en la inmunidad mediada por células. Los linfocitos T presentan los marcadores CD2, CD3, CD5 y CD7. Linfocitos T CD4+ cooperadores (helper): son linfocitos T que también expresan marcadores CD4. Sintetizan principalmente interferón y otras citocinas. Estas células activan los macrófagos y son indispensables para activar eosinófilos, mastocitos y linfocitos B. Linfocitos T CD8+ citotóxicos: son linfocitos T que también expresan marcadores CD8. Después del reconocimiento del antígeno y la
4 consiguiente activación, matan las células diana por medio de proteínas citotóxicas que inducen la apoptosis. Linfocitos T reguladores (supresores): constituyen una población de linfocitos T diversa en cuanto a fenotipo que puede suprimir funcionalmente una respuesta inmunitaria frente a antígenos extraños o propios mediante la influencia sobre la actividad de otras células del sistema inmunitario. Linfocitos T gamma/delta: constituyen una pequeña población de linfocitos T cuyas superficies poseen un TCR distinto. Estas células se desarrollan en el timo y migran hacia varios tejidos epiteliales y funcionan como la primera línea de defensa frente a los organismos invasores. Linfocitos invariables T asociados con mucosas: son un subtipo de linfocitos T que expresan receptores compuestos por dos cadenas invariables alfa y beta. Estas células reconocen los metabolitos de la vía de la síntesis de riboflavina en los hongos y las bacterias. Los linfocitos B se llaman así debido a que fueron identificados en su momento como una población separada en la bolsa de Fabricio de las aves y en los órganos equivalentes a la bolsa. Estas células tienen vidas útiles variables y participan en la producción y secreción de los diferentes anticuerpos circulantes, también denominados inmunoglobulinas, qué son las proteínas inmunitarias asociadas con la inmunidad humoral. Además, expresan formas de inmunoglobulina limitadas por membrana denominadas receptores de linfocitos B que sirven como sitio de fijación para antígenos específicos. Sus marcadores CD son CD9, CD19 y CD20. Los linfocitos NK, que se desarrollan a partir de las mismas células progenitoras linfoides que los linfocitos B y los linfocitos T, reciben su nombre por la capacidad de destruir ciertos tipos de células diana. Después del reconocimiento de una célula transformada, los linfocitos NK se activan y liberan perforinas y granzimas, sustancias que crean conductos en la membrana plasmática celular e inducen la fragmentación del ADN. Estos fenómenos conducen a la apoptosis o lisis de la célula diana. Desarrollo y diferenciación de los linfocitos En los humanos y otros mamíferos, la médula ósea y el timo se ha identificado como órganos linfáticos primarios.