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Content text Copia de Fundamentos-de-la-constelación-familiar.pdf

1. Fundamentos de la constelación familiar En las constelaciones familiares se tornan visibles las tensiones, conflictos y relaciones enfermizas ubicadas en el seno de la familia. El terapeuta trabaja con estos contenidos y en reiteradas ocasiones se encuentran soluciones al respecto. Las constelaciones sorprenden por su forma, estrategia y resultados. Este capítulo lleva a conocer los fundamentos de las constelaciones familiares de tal manera que el lector neófito pueda comprender fácilmente los contenidos a desarrollar. Bert Hellinger ha desarrollado y profundizado los roles familiares de una forma novedosa: mediante representantes de ambos sexos le será presentada al cliente su propia familia en forma visible y viva. En un abrir y cerrar de ojos se pueden observar así relaciones y vínculos no reconocidos hasta el momento a través de las generaciones. Una compleja constelación familiar podría definirse como un árbol generacional “vivo”. Vista general de la realización La mejor y más simple forma de realizar una constelación es durante un seminario. Hay también constelaciones que se realizan durante una terapia o bien durante una charla individual. No obstante, la opción de un seminario es la más adecuada, dado que gracias a la presencia de los representantes se transmite una impresión aún más acabada. En el seminario se encuentran seres humanos que desean representar a su familia. En la mayoría de los casos vienen participantes solos, dado que no se necesita de los otros miembros de la familia para este trabajo. Algunas veces toman parte hermanos, o alguno de los padres con un niño o bien parejas. Esto hace que el trabajo sea una experiencia enriquecedora para estos participantes. La persona que quiera realizar una constelación necesitará como punto de partida un tema o un problema, el llamado motivo. Por ejemplo, una hija ya adulta experimenta sin sentido aparente un sentimiento de ira contra su madre en repetidas ocasiones. En la constelación busca las causas desconocidas de esa ira. Además, guarda la esperanza de lograr que su ira cambie, se reduzca o inclusive desaparezca mediante la constelación. En primer lugar el terapeuta o guía ( estas denominaciones serán utilizadas a partir de aquí en el mismo sentido) pregunta a su cliente acerca de los hechos más significativos ocurridos en su familia durante las dos últimas generaciones. Él no desea saber más que ese motivo y los hechos correspondientes. Entonces la cliente elige entre todos los participantes del seminario un representante para cada miembro de su familia (padres, hermanos), estén estos vivos o muertos. Normalmente se toman para los parientes masculinos hombres y para los femeninos mujeres. Ahora se realizará la constelación, para la cual se necesitará lugar en el medio del cuarto o bien un pequeño escenario. La cliente le da ahora a cada participante un lugar y dirección en el cuarto en forma espontánea, sin hablar y sin explicación alguna. Ella ubica de esta forma primero a la madre, luego al padre, etc., hasta que todos los miembros de la familia tengan su lugar. Esta constelación ocurre rápidamente, acorde a como la cliente siente en el momento. Lo único importante en esta decisión es la total atención hacia el hecho. Cuando la cliente ya ha ubicado a todos los miembros de la familia, entonces se sienta en un lugar con buen campo de visión. A partir de ahora y hasta el fin de la constelación su rol será solamente de observador, y dejará que todo lo que hagan y digan el terapeuta y los representantes efectué sobre ella. Lo extraordinario y misterioso de este método es que los representantes de la constelación tienen acceso a los sentimientos y relaciones de los miembros de la familia correspondientes. Cuando por ejemplo, se establece la situación de que un niño o uno de los padres es ubicado al borde y aparta la vista de los otros, esto es vivido por el representante en forma negativa la mayoría de las veces. Esto es fácil de entender y justificar. Pero más allá de esto, los representantes sienten muchos sentimientos y relaciones que existen en la familia en cuestión, aunque estos se encuentren bajo la superficie. Ellos experimentan en repetidas ocasiones cambios corporales como tensiones en los hombros, mareos, rodillas que tiemblan o bien retorcijones estomacales. Los representantes sienten cuando su rol les gusta o no, con quien están enemistados o con quien se encuentran a gusto. Todos los lugares donde están ubicados tienen su propia energía, de manera tal que quien se encuentra en un determinado lugar reacciona de forma similar. Incluso el representante utiliza las frases que el correspondiente miembro de la familia siempre ha utilizado. Normalmente el terapeuta les pregunta uno tras uno a los representantes como se sienten en sus lugares. Luego de haber analizado de esta forma los sentimientos y relaciones entre padres e hijos, el
terapeuta deja, en repetidas ocasiones, que los clientes ubiquen en la constelación a miembros que pertenecieron a la familia en generaciones pasadas o los ubica él mismo. Ocurren reiteradamente cosas sorprendentes cuando se ubican en la constelación miembros extraños o apenas conocidos ya muertos y olvidados hace tiempo. De esta forma puede un sobrino sentirse mágicamente atraído hacia su tío, quien murió hace décadas en la guerra. Las constelaciones muestran que: si alguien se siente vinculado internamente en forma intensa hacia otro, tiene en reiteradas ocasiones en su propia vida sentimientos similares e inclusive un destino similar al de este antepasado. Este es realmente uno de los descubrimientos más significativos de Hellinger: Los hijos toman los sentimientos y los comportamientos de miembros antepasados de la familia. En reiteradas ocasiones mantienen toda una vida estos sentimientos y esta forma de comportamiento, aunque estos en principio sean totalmente extraños. El término que Hellinger utiliza para definir esta situación es "la trama". Los hijos están entonces, aún en una entrada adultez "entramados" con estas personas. De esta manera se puede explicar como las relaciones ocultas con otros miembros de la familia son el origen de muchos fenómenos como depresiones, sentimientos de culpa, perturbaciones psíquicas o inclinaciones al suicidio. En tanto alguien no ha reconocido con quien él se encuentra vinculado, sus propios sentimientos y su comportamiento le serán incomprensibles en reiteradas ocasiones. Él estará influenciado invisiblemente por estas relaciones e inclusive algunas veces dominado por ellas. Un motivo de una trama puede ser que una persona de la familia haya sido excluida y olvidada. Pues estos miembros de la familia aparecerán en forma regular durante las futuras generaciones, siendo representados por un nuevo miembro de la familia. Por ejemplo, en la familia del padre, murió su hermana mayor a la edad de cuatro años en un accidente de auto. Esta muerte fue algo tan terrible para los padres y los otros hermanos, que sólo en contadas ocasiones se mencionaba a esta hermana. Ella parecía haber sido completamente olvidada. Basta con ubicar en la constelación a una representante para establecer si o en que grado esta hermana muerta influencia aún hoy a los miembros vivos de la familia. Los representantes de los muertos perciben y sienten como los vivos. En los roles no hay diferencias notables. En el caso en que la cliente esté vinculada a la muerta, la representante de la cliente reaccionará inmediatamente. Ella sentirá tal vez simpatía o miedo cuando se represente a la hermana muerta. También reaccionarán en forma correspondiente los representantes de los otros miembros de la familia frente a la llegada de la hermana muerta. En toda la familia cambian las sensaciones y los sentimientos. De repente alguien tiene miedo, otro se siente aliviado, etc. La cliente puede observar mediante estas reacciones con quien está vinculada y de quien ha retomado los sentimientos. El encuentro con los muertos es un paso liberador en muchas constelaciones. Cuando se honra a los muertos, estos se comportan en forma amistosa con los vivos. Las relaciones de los vivos con los muertos cambian positivamente. Mientras que los muertos olvidados en una familia representan más bien una fuerza misteriosa y amenazadora como trasfondo, gracias a esta honra se transformarán en apoyo y fuerza para los vivos. Los encuentros entre los representantes se realizan bajo el control del terapeuta. En cuanto la cliente haya ubicado a todos los representantes en la constelación, es el terapeuta el que toma la dirección de las cosas. Él tiene el rol directivo y la voz mandante a través de la totalidad de la constelación. El terapeuta pregunta en primer lugar a los representantes cómo se sienten en sus lugares y qué perciben. Seguidas veces les recomienda frases simples y les induce a repetirlas, por ejemplo: "yo estoy enojado contigo". Otras frases resuelven tensiones o pueden sanar y reconciliar las relaciones dañadas. En la mayoría de los casos alcanza un simple "yo te honro". Semejante frase desarrolla solamente una fuerza liberadora si es verdadera. Los representantes tienen una sensibilidad muy fina para descubrir si una frase es verdadera y acorde a su vivencia. De esta manera, un representante frente al consejo del terapeuta puede decirle a su contrario: "yo te honro", para descubrir en las siguientes interrogaciones que dicha frase no es verdadera. Cuando él se inclina respetuosamente, vemos que al mismo tiempo realiza una mueca que demuestra su desagrado. Los otros representantes también perciben exactamente si una frase es seria y acorde o no. En el caso de no ser verdadera será rechazada por ellos. Las frases verdaderas tienen un efecto positivo. En este caso alguien respira en forma liberada, sonríe o se estira y endereza. El buen efecto es lo determinante. Cuanta más experiencia y sensibilidad tenga un terapeuta, tanto menores serán las resistencias que recibirá de los representantes. Desde un principio formulará las frases adecuadas y verdaderas. Sorprendentemente vemos que el lugar en que uno se encuentra durante la constelación también influencia a los sentimientos. De esta manera hay constelaciones caóticas, en las cuales los padres e hijos de una familia se encuentran tan alterados que en ningún lugar se sienten bien.

interrupciones, pudiendo así volver a una siguiente constelación y encontrar así una solución acabada. El sistema del origen o presente y el motivo Hay dos direcciones diferentes en las que uno puede dirigirse gracias a la ayuda de la constelación familiar. Estas son el pasado y el presente. Quien desee mirar en el pasado presentará a la familia original, es decir, al sistema de origen. Esta es la constelación familiar de donde uno proviene. A ella pertenecen en primera instancia los hermanos y los padres, luego los hermanos de estos (tíos y tías) y sus respectivos padres (los abuelos) y luego los bisabuelos. Aparte, pertenecen a este círculo todas las personas vinculadas a estos miembros familiares. Por ejemplo, el abuelo tuvo su primera esposa, quien murió muy joven. Él se casó entonces con su segunda esposa, la abuela. Es decir, la primera mujer pertenece también al sistema familiar, dado que dejó lugar y el segundo matrimonio entonces pudo realizarse. O bien la madre se ha separado de su primer marido y se ha casado con el segundo, es decir, el padre de la cliente. En este caso el primer marido pertenece también al sistema familiar. Quien desee observar su propia vida establece el sistema del presente. Para ello se requiere del hombre o de la mujer, la pareja correspondiente y los hijos en común. También pertenecen al sistema del presente todas las parejas anteriores de ambos y los hijos de estas relaciones. Y por último, también aquí pertenecen los hijos abortados. El motivo es la pregunta, el tema o el problema por los cuales alguien desea realizar la constelación. Sea cual fuere el sistema a utilizar en la constelación, este siempre se elige sobre la base del motivo. Hay motivos que están relacionados directamente con la familia original, por ejemplo: "yo siempre tuve problemas con mi padre, es por eso que deseo realizar una constelación", o "La relación con mi hermana está plagada de tensiones". O cuando alguien carga toda su vida con un sentimiento de agobio que lo tortura, sin poder entender de donde proviene semejante dolor: "Tengo siempre sentimientos de culpa injustificados", "estoy siempre triste y deprimido", "en realidad me he sentido solo durante toda mi vida" o "yo no encuentro mi lugar, ni en la vida ni en la familia". El sistema del presente se establece sobre la base del motivo, la cual tiene su origen en eventos y relaciones de la vida personal. Estas son situaciones como: "La relación con mi gran amor se ha roto y a partir de ese momento no tengo más suerte en mis relaciones". Otras veces una pareja aparece con temas actuales: "no sabemos si separarnos o continuar juntos", "nuestro hijo tiene problemas en la escuela, siempre tan nervioso e intranquilo". Por último hay situaciones que abarcan los dos sistemas. Es decir que, por un lado una causa está en la familia original y por el otro, son causas que uno mismo ha provocado a lo largo de la vida. Por ejemplo: "yo tengo siempre mala suerte con mis relaciones con las mujeres. Ellas duran solo dos o tres años. " Si alguien tiene siempre problemas con las mujeres, podemos sospechar que los motivos se encuentran en su sistema de origen. Sin embargo, no debemos olvidar que la persona referida tal vez tenga cuarenta años de edad o más y posee ya una gran experiencia en las relaciones. Él deberá resolver su pasado para que una nueva relación tenga éxito. Él tiene seguramente "algunos cadáveres en el sótano". Seguramente, él ha provocado el fin de sus relaciones pasadas, las ha destrozado y dañado a sus parejas. Es entonces necesario observar la historia personal y ponerse a trabajar con ella. Quien no lo hace, carga toda su vida con estos contenidos sin resolver y las chances de lograr una relación satisfactoria serán siempre menores. El presente es lo más cercano a uno, dado que sus circunstancias nos tocan siempre de cerca. Cuanto más cercana en el tiempo sea una circunstancia, mayor será su influencia. Cuanto más se pierda en el pasado, menor serán sus efectos. La muerte de un hermano repercute más que la muerte de un hermano de los padres. Hay veces en las cuales observar el pasado es más agradable y simple, dado que de esta manera vemos las responsabilidades de los otros, la de nuestros padres y antepasados. La situación es desagradable y espinosa cuando nos enfrentamos a los hechos y al presente de nuestras vidas, porque es aquí donde debemos reconocer y aceptar nuestra responsabilidad. Es recomendable y sensato comenzar con el presente cuando se trata de algo relacionado a los hijos, dado que los hijos cargan con los problemas aún no resueltos de los padres. Si los padres toman conciencia de esto durante la constelación, podrán encarar con mayor fuerza el trabajo de enfrentarse al pasado y a la carga de su familia original. También existe la posibilidad de que los sistemas de origen y presente aparezcan en parte durante la constelación. El sistema del presente se expande en cuanto los padres del cliente se ubican detrás

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