PDF Google Drive Downloader v1.1


Report a problem

Content text Bercherie, P. - Automatismo-Mental-Paranoia - Introducción pág. 12 a 25.pdf

Bercherie, P.: Introducción a "Automatismo menta.1- paranoia" Pp. 12 a 25. Para uni> íusi:á apredación dei pensamiento y de la obra de Ciéram- bault se requiere establecer rápidamente el contexto histórico y sin- crónico de su época. Para ello, me apoyaré en la presentación del mo- vimiento de conjunto de ta historia de !a clínica psiquiátrk:a que y:ii propuse en mis Fundamentos de ia Clínica(l). Desde su fundación por Philippe Pinel, en los umbrales del siglo XIX, como dis.dplina autónoma, pura ciencia empírica de observa .. ción y de an51lsis racional, metodológicamente separada tanto de las hipótesis etiopatológicas cuanto de las consideraciones prácth::;as y te- rapéuticas, Ja dính:::a psiquiátrica atraviesa tres gnmdesfases de i~struc- t uración. La primera surge directamente de Pind m i:smo: la locura es considerada como un género homog~neo, en el Lrrterior del cual se re-· cortan especles que se presentan como cuadros sincrónicos, síndro·· mes cuyo concepto se agrupa alrededor de !a manifestación más cen· tral, más aparente dcl. estado mórbido. Así es como, des&: Pinel hasta Bai!largery Delasiauve, un análisis que S>e hace cada vez. más fino opo· ne los estados de excitación (manía), los estados de depresión (lipe- manía), estados delirantes (monomanía), estados estupororos (estu- pidez), estados de incoherencia (clemencia), actos impulsivos (locura o monomanía instintiva). Estas formas se suceden, se asocian, se com- binan; su etiología es por otra parte no específica, y se las considera más bien como tipos de reacciones psh::o-cerebrales que como enfrr-' med.ades en el sentido moderno, anatomodinico, que inaugurara Bi- chat. Sin embargo, ya desde 182.2, el des.cubrimiento fortuito de lapan.íli-, sis general hecho por Bayie prepara el cambio conceptual y metodoió-' ¡ · gíco que encontrará, treinta años má.~ tarde, a su teórico en la per~:>na . \, de]ea{n Pitrie Faltet.Este hará Lu1a critica radical de la v'ieja itM:ir~olo- {/:\.t·¡ gía y sentará los principios para la construcción rle una nueva dfnica: ;·. ' \ \; estudio de la evolución de la enfermedad, dcl pasado y futuro dcl en- 1 " • ¡ fermo, búsqueda. de una patogenia espocífira, recuento de signos nega- ; ¡\ .. , tivos, atención acordada a los peq uefíos si.gnos secundarios que permi-¡' ' li ten la diferendadón de entidades hasta alli confundidas en los "con•r · ; ; ¡ glomeradós dlspares"' de la nmoiogfa de Pine.l y de Esquirol. Al mism9'·'t ) .L.1 tienipo, los laz.osde ladínica.yde Ja nosoiogía., estrechament:ecomple" · . !TA mentarlos desde los tJemoos de Pinel (ya que se trataba de recortar un·\ · j· ~ i • ' i . . '. Psicopatología Naparstek " , tff¡ 3 ~ 12 '. , . .'.' , \~. espectro homogéneo de fenómenos}, s.e separan: i.a locurn no es ya un género sino una clase de enfermedaides yuxtapuestas unas a otras en lo que se dará en llamar más tarde una clasificación o nomenclatura. To- da una serie de trastornos que ya desde ¡¡Jgún tiempo tendían a aislar- se como "vesanías sintomáticas" de las "vesanias puras", de la locura propiamente dicha (concepd.ón de lbillarger), pueden responder ya a esta nueva óptica: trastornos rnenta1e5 del .alcohoHsrno., enfermedades infecciosas y iesiones cerebrales, locuni epiléptica.]. P. Falret y sus dis., dpulos comenzaron a describir nuevas locuras: locurm circular, delirio de persecución de evolución progresiva de La!kgue, perseguidos-perse .. guidores (futuro delirio de reivindicación), J' loc;ura de la duda con de- lirio del tacto (neurosis obsesiva) de Fahet híjo, etc .... Pero sóbre todo Morel, el más importante de los alumnos de Falr.iet, retoma la enseñan- za de su m aestro agregándole un toque personal: se trata de la etiología (la patogenia sería un término más exacto) que ie parece constituir el gran principio del a.íslamiento de las "formas nuevas". Parn esta in- mensa clase de enfermedades mentales sin causa org.á..'"lica. que Baiil.ru:- ger agrupaba en las "vesanías puras,,., Mmel propondrá un prindpio d·e comprensión y de dasífk:adón: el estudio del terreno, de la predispo- sición, comprendido en los términos de su tiempo como o..egeneración hereditaria. Es asf como se echaron fas bases de 1a s•egunda dínica psiquiátrica, la "dfoic:a de las enfermedades mentales", xetomando d titulo asigna- do a la cátedra de psiquiatría en fas fa.o..i.ltade:; francesas de medkiína. Ya todo está listo para el medio siglo de obs'l!rvadón y discriminación que seguírá: la noción de entidades dínko-evo!utivas que despliega. una secuencia de cuadros dinicos en tm ciclo tipico, la oposición de los trastornos mentales constitucionales, ernralzados en fo. predlsposi- dón de una personalidad tarada, apta para el delirio (en sentido am- plio) en situaciones vitales dadas, v trastornos mentales adquiridos, deetlologfa orgánica reconocida. · Si vamos ahora al final de este delo, es decir del sígio XIX, encon- traremos a las dos grandes escuelas que hicieron la clínica psiquiátri- ca, la escueia francesa y ia alemana, encargadas d.e llevar a buen térmi- no el programa ya éiaborado, con notabl.es diferencias de enfoque y de este modo una gran disparidad de resultados .. Estrictamente fiel a las enseftanzas de hlret, pero también a su ins- piración empírico-positivista de sie."TI.pre, la escuela francesa se con- centra en el perfrxk> de estado de las psicosis y, a través de un procedi- miento puntillista, acumula las descripciones diferenciales de las di- versas formas delirantes, agudas y crónicas, alucinatorias o n.o aluci- natorias. A pesar del inmenso e inmediato éxito doctrinarlo de la teo- ría de la degeneración de More!., ;,. pesar también de los esfuerzos de un clínico tan oscuro y marginal como genia!, Kahibaum, que, desde 1863 proponía un pian nosoJógico i.nspi.radoen las e nseñanzas de Fal- ret, la escuela alemana. será más lenta en apropiarse de las nuevas orientaciones. Caracterizada desde siempre por su enfoque sintético y sistemático -el esfuerzo para producir un marco conceptual global
AUTOMATISMO MENTAL. PARANOIA que estructura la clínica y rinde cuenta de ella- esta escuela dedica · una particular atención a los estados terminales de las psicosis. Esta orientación tiene su origen en e! pensamiento de su fundador, W. Griesinger, y en su concepción de Ja locura como un gran ciclo (la Psi. cosis única), donde cacja especie sindrómica pineliana representa así una etapa en la desagregación progresiva del espíritu propia de la aiie· nación mental. Es sobre estas bases que, inspirándose en Kahlbaurn, Kraepelin pro- pone en 1899 su nue'"~-"a nosologfa, que rápidamente recorrerá el mun- do y :;e transformará en la base de trnb¡: jo del con junto de las investiga. ciones clínicas y psicopatológicas, psicoanalíticas en particular, más tarde dedicadas a las psicosis, salvo en Francia, veremos luego por qué. Si dejarnos de lado a las psicosis orgánicas por una parte, y a la.s formas ,;degeneratlvas"por la otra donde ei trastorno "constitucional" de la personalidad representa lo esencial del cuadro mórbido (olígofrenias y personalidades psicopáticas de Jos alemanes gue incluyen a las neuro- sis), formas que no suscitan n ingún debate mayor, sl nos concentra- mos pues en el campo para el que reservarnos desde Freud el término de psicosis, Kraepelin propondrá distinguir: -los e~tados delirantes crónicos no alucinatorios para los que reser- va a partir de entonces el término paranoia y para los que dará una de. finiclón precisa: "desarroílo insidioso dependiente de causas internas y según una evolución continua, de un sistema delirante duradero e imposible de quebrantar, que se i.nstaura con una conservación com- pleta del orden y de la ciaridad en el pensamiento, el deseo y la ac. ciónn. - los estados agudos que evolucionan de manera periódica pero de - jan tras de sí un psiquismo intacto, y donde no se nota por otro lado que la personalidad se vea afectada de manera grave (disociación) du- rante el ataque, se trata de la psicosis maníaco-depresiva. - los estados agudos o crónicos que evolucionan fatalmente hacia una forma particular"de deterioro mental, que él agrupa en la demen- cia p;ecoz. Aquf Kraepelin incluía ya en 1893 a ia hebefrenia y a la ca- tatonia de Kahlbaum, junto a una forma delirante particularmente florida e incoherente, rápidamente discordante (el delirio influye po· co en el comportamiento del paciente y se acompaña de subexcita- c!ón y de una rica producción neológica) que desemboca bastante ve. lozmente en un debilitamiento psíquico disociat!vo poco profundo: la "demencia paranoide". El concepto kraepelinlano de demencia precoz se constituye airededor de la distinción entre, por una parte, un síndrome basal caracterizado por decaimiento afectivo, indiferen- cia, apatía, ausencia de iniciativa voluntaria, desorganización del pensamiento y de la psicomotricidad, y por otra parte, síntomas acce. sorios varios (depresión, excitación , ideas delirantes, alucinaciones, síndrome catatónico, etc.) que especifican las formas clínicas de la afección. Ei síndrome basal define esta "demencia" tan particular que constituye la esencia de la afección (contrariamente a las demencias orgánicas verdaderas, las funciones intelectuales de base -tne:moria, Pr«sentaci6n orientación, razonamiento- quedan en realidad intactas) y cuya emergencia y dominación píogresiva resumen de hecho la evolución de las diversas formas clínicas. Afecta esencialmente las esferas afecti- va y volitiva, corazón y base de la personalidad, conduciendo a ésta a la desagregación. En efecto, la gran síntesis kraepeliniana reposa esencialmente sobre la asimilación dei delirio de influencia -. AUTOMATISMO MENTAL PARANOIA ca", concebida como degenerativa, donde la hiperemotividad con- centrada en la imagen de sí mismo (ei yo del sujeto) se acompaña con lagunas de juicio paira constituir el piso del delirio ,ante una coyuntu- ra vital traumátlca, humillante o frustrante. Dupre completara pron- to la concepción francesa de la pail'anoia con la descripción del delirio de imaginar:i611, donde el mecanismo confabula torio organiza un deH- rio en ge11~ral ¡:xp&nsivo (delirios de fiHación en particl,llar): paralelo al delirio interpretativo más bien sombrío. Pero las controversias se cristalizarán sobre todo en relación a la de- mencia precoz y a las psicosis alucinatorias. Desde 1900, Séglas, en u:' famoso artículo, va a fijar la posición de la escuela francesa para la pn- mera mitad de! siglo .. Al tiempo que rechaza la síntesis krnepelini~~a, Séglas mantiene el análisis psitopatológko gio~al propu~sto por Krn- epelin y limita e! marco de la demendaparanoule a la pmniera forma descrita por este último en 1893, es dec;r, ~sem:ialme1'.te a ,zis fon;i,as delirantes y alucinatorias de la hebefrema; a pistando as• la concepcion de conjunto de la afección. Caracterizada por atacar primero la _su?je- tivid.ad en los orígenes mismos de lo que fia estructura -es la i1tm11wrc mía (pérdida del impulso vi tal) de Dkle y Gui.raud (1922)- el cuadr? de la demencia precoz aparece entonces des;Je sus pro~!omos, do~;m~- do por la desin tegración psíquica que le oa su sello aiscordant: (-,_,na:~ , .. lin, 1912) particular. Por el contrario, !a mayoría de l?s e~t2?_os ,~el~: rantes alucin;itorios crónicos reposan sólo sobre una d1sooac1on ami-. tada - el síndrome que Ciérambault bautizará ~mtomatismo merdaí,'; con el eco y el robo del pensamiento como su~ ~Hototipos que a me:~,,· nudo no concierne a la personalidad pre-psicotica: se encuentra a !07,¿, 1 ,, pacientes intactos con sus atributos y motivaciones (y con frecuem;!aq \,¡ su profunda amabilidad, según lo hacen notar los clínicos fra:'ces!fS),i 1 · 1 .¡ luchando interminablemente contra la invasión de los fenomenos, ;,' 1 parásitos -pensemos por ejemplo en el Presh:lent; Sc.brebe.r-. . . , . ' . En 1911, Gilbert fü¡Jlet acul'ía el com:epto bien, de•·: limitadas: la primera de incubación, caracterizada por el ma!esta~, la inquietud y una tendencia interpretativa, lleva a la idea de persecución que abre la segunda, caracterizada por ia. aparición de las alud.naciones auditivo-verbales y sensitivas {delirio de persecución física de Kraepe- li!l), luego por la sistematización del delirio persec4to~io; lf:."5tos dife~en- tes fonómenos debUitan progresivamente la personalidad, lo ~ue hev.a a la tercera fase donde aparece el delirio de grandeza que domma fi.nai- mente el cuadro; finalmente, un cuarto período de demencia traduce 16 el debilitamiento psiquico terminal del enfermo, se trata, desde luego, de esta "demencia vesánica ~donde domina la disociación y donde "lei inteligencia no es aoolida·", corno lo notara ya Ba1.llarger. . Magnan opondrá a este delo dinko ordenado, cuya evolución puede darse en varias décadas, y que afo.'(..:ta a sujelo;;; exentos de "tara" psíquica, los defüios "degenera.i:ivos" que nacen en el terreno mental del desequH.ibrio psicopático; ciasiflca nqu!_, ¡unto a entidades que se sumarán al grupo paranoico, un delirio "polimorfo"que se caracteri- za por Ja anarquía de s·u aparición y de su desarrollo -la evolución con "bouffées délirantes" es bastante característica de esta forma, así co- mo una disociación menr.al secundaria-. Una parte de este grupo lle- gará así a la. venfadera.demenci:a precoz; fa otra, más mi¡:anizada, más cercana pues al delirío cronico, es parte de ia síntesis de GHbert B~Uet . ~fient~as tanto Ségbs, en !os últimos años dd siglo, proponía la descripdon de una segunda formAUTOMATISMO MH.ff AL PARANOIA La escuela alemana por su parte, maneja en el mismo período con- cepciones homólogas en todos los puntos, pero con bases clínicas muy diferentes. Si bien Kraepdin termina en efecto por indinarse an- te los argumentos de íos franceses, y hace autónomas en 1913 sus efí- meras parafrenias, cuya concepción se acerca bastante a la P. H. C.; ya es demasiado tarde para Alemania. En 1911, Bleuler publica su obra monumental sobre tas esq'.Jízofrenias que pronto se transforma en el texto de referencia de la escuela alemana. Er1 ella, Bleuler propone e incluso extiende ampHarnente la síntesis kraepeliniana, pregt'!ntán ... dose por ejemplo si la paranoia no representa en efecto una forma tór- pida del mismo proceso, a costa de una renovación completa del aná- lisis psicopatológico de la afección, enríquecldo por referencias freu- dianas que le confieren un prestigio inigualable. Si bien es cierto que, en realídad, aplicar a la mayoría de los síntomas esqui:wfrénicos la "psicología de los complejos" les restituye un sentido en la vida afecti- va y la historia dei sujeto, como los prímeros análisis de Freud, tam- bién es cierto que la importancia misma de la parte "psicogenética" así develada en la sintornatología esquizofrénica hace resaltar por contraste la intervención de un trastorno generador fundamental que Bleuler adorna con el concepto de disociación (de allí el nuevo térmi- no de esquizofrenía). Responsable de la desaparición del poder regu- lador y organizador de la conciencia y del yo sobre el conjunto del transcurso de los acontecimientos psíquicos, este trastorno funda - mental genera el autismo (predominio de !os complejos emocionales sobre ia síntesis personal y la percepción de la realidad) que da cuen- ta de la mayoría de Jos síntomas de la afección, al tiempo que corroe sus especificidades diferenciales y extiende su campo desmesurada- mente. Pues un análisis semejante, donde la noción kraepeliniana (y francesa) de un dano primario de la esfora afectiva pierde sentido, lle- va naturalmente a incluir en el marco de la enfermedad -cuyo centro de gravedad se desplaza simultáneamente de la hebefrenia al g:upo paranoide ahora intermedio en este amplio espectro- la mayona de las psicosis agudas, pero también a los "nerviosos", a los "psicópatas", a JÓs "degenerados", a los alcohólicos, a los vagabundos, a los mendi· gos, a los excéntricos, etc .... que exhiben en un examen cuidadoso cantidad de signos discretos de "relajamiento asociativo" y cuya evo- lución vital culmina a menudo en la apatía y la desinserción del asilo. Es así como esta primera aplicación de ias ideas freudianas a la clínica de las psicosis prefigura, con el próximo derrumbe de la clínica psi- quiátrica hacia el fin del período entre las dos guerras, numerosas te- sis psicoanalíticas ulteriores del "nudo psicótico" de las personalida- des patológicas en Ja unidad estructurai de las psicosis. Mientras tanto este enfoque psicopatológico va a servir de paradig- ma a Ja escuela aleman a, a través de su elaboración sistemática por Jas- pers, quien opone en el examen de un cuadro clínico las relaciones de comprensión y las reladcmes causales -las primeras dan cuenta de la par- te psicogenética comprensible, las segundas, del trastorno generador irreductible al sentido·-y en la nosología los estados. proces:.:a!es ~lapa- tología constitucíonai (que asocia siempre ci~rto grado de predisposi- ción a cierto grado de reacción a los acontecimien tos vitales). Una consecuencia esencial será por ejemplo la disociación del grupo para- noico, ya que el conjunto de los. dfrücos de este período coinciden en la certeza de que la frontera entre los dos grupos patológicos pasa al in- terior del concepto kraepeliniano (ver más adelante las posiciones to- talmente homólogas de Clérambault para la escuela francesa). Voivamos ahora a Clérambault: es necesario calcular en qué medi- da su obra se inscribe en la herencia de la escuela francesa, y cómo al mismo tiempo se esfoerza por responder de manera original a los grandes debates de su época. Situemos para ello, antes de pasar al co- razón de la obra, cierto número de trabajos en cierto modo prelimina- res, escritos en general antes de la Gran Guerra y que permiten com- prender mejor las orientaciones ulteriores. Citaré, sólo para hacer memoria, los dos asombrosos artículos de 1908-191 O, sobre una forma de cleptomanía fetichista en mujeres his- téricas de los que tanto se ha escrito en los últimos atl.os, ya que la des- cripción de Clérambault del erotismo del contacto de las telas robadas ies pareció a aigunos demasiado precisa como para resistirse a la ten- tación de ap!icaria a ese gran apasionado del drapeado y de las telas orientales o antiguas. Retengamos sobre todo un conjunto de memo·· rias sobre los delirios tóxicos, que constituye, como dirá Gu!raud, en su prefacio ya citado, "un verdadero tratado clínico completado con un estudio comparado de todas las ebriedades". Es impos!ble presen- tai un análisis sucinto, pero podemos sin dificultad extraer su espíri- tu y sus resultados fundamentales. Un estudio comparadof.e los deli- rios alucinatorios del doral, de la cocaína, del alcohol, del éter, etc., presenta la gran especificidad de la acción de los diversos productos en los cuatro niveles tímicos (estado afectivo ansioso, eufórico, indi- ferente, etc-), intelectual (confusión, somnolencia o claridad mental), de la actividad (agitación, semi estupor, sin modificación) y sobre to- do estésico: las alucinaciones resultan extremadamente específicas del tóxico en cuestión, ya sea que se trate de los sentidos involucrados (vi- sión, audición, tacto) o de !as modalidades concretas (para la visión: tamaño, movimiento, tinte y luz, apariencia general; como por ejem-· plo ias alucinaciones dorálicas decorativas, caleidoscópicas, de tama- ño pequeño, pálidas, salpicadas de manchas yde líneas brillantes con una afinidad para ias disposiciones en red o rosetas). Los rasgos del psiquismo tóxico "son manifiestamente el resultado de la predilec- ción de ciertas fórmulas tóxicas para ciertos campos nerviosos, en una palabra, de electividades". Clérambault acaba también el estudio de una forma anteriormente mal comprendida, la de los estados delirantes agudos de origen epilép- tico, los delirios comiciales mnésicos, que ofrecen diversas particularida- des sorprendentes: trastornos del humor con fre.::uencia de "bizarra

Related document

x
Report download errors
Report content



Download file quality is faulty:
Full name:
Email:
Comment
If you encounter an error, problem, .. or have any questions during the download process, please leave a comment below. Thank you.